Contrariamente a lo que muchos piensan, el veganismo no sólo consiste en eliminar los productos de origen animal de nuestra alimentación sino que se extiende a muchos más ámbitos de nuestra vida cotidiana como pueden ser la vestimenta, el entretenimiento o la cosmética. Y es en esta última en la que centraremos el presente artículo: en la cosmética vegana.
Cosmética vegana y cosmética vegetariana
Según la Administración de Alimentos y Medicamentos, más conocida por sus siglas en inglés, FDA, considera un cosmético toda aquella sustancia destinada a ser aplicada al cuerpo humano para limpiar, embellecer o alterar la apariencia sin afectar la estructura o funciones del cuerpo.
Así pues, en esta categoría se engloban desde el champú al maquillaje, pasando por lociones, cremas o perfumes. Sí, aunque muchas veces no nos lo planteemos, estos productos pueden contener derivados de origen animal y, por lo tanto, ser partícipes de la explotación de animales.
En cuanto a su contenido, los cosméticos se han clasificado tradicionalmente igual que la alimentación. De este modo, la cosmética vegetariana excluiría en sus fórmulas los componentes de origen directamente animal pero sí que incluiría sustancias derivadas de los animales como pueden ser la leche, la cera de abeja o la lanolina, un tipo de cera producido por la glándulas sebáceas de algunos mamíferos, especialmente por ovinos.
Por otra parte, y siguiendo el paralelismo entre alimentación y cosmética, la cosmética vegana es aquella que se limita al uso de componentes vegetales o minerales y que conscientemente excluye cualquier sustancia de origen o derivado animal.
Experimentación animal y la cosmética cruelty-free
Hasta aquí resulta muy sencillo. Sin embargo, la cosa se complica cuando contemplamos que existe un grado más de explotación animal en la indústria cosmética más allá del contenido de los productos: la experimentación en animales.
La experimentación animal se caracteriza por utilizar generalmente animales baratos y fácilmente manipulables, como cobayas o conejos, para observar el efecto que un producto tiene en el animal a nivel externo (en su piel o pelo) y a nivel interno (comportamiento y órganos).
Para hacerlo, se realizan multitud de pruebas terriblemente crueles. Entre ellas, se obliga al animal a ingerir productos como dentífricos o jabones o a inhalar gases y aerosoles provenientes de perfumes o desodorantes.
También es frecuente que se le apliquen productos directamente en la piel, ojos, oídos o, de forma aún más invasiva, inyectados por vía intramuscular o intravenosa. La prueba más conocida es el test de Draize.
Dado que los conejos tienen una córnea similar a la humana, durante este test se les inyecta una muestra de producto (puede tratarse de champú, gel, perfume, maquillaje) en el ojo para analizar la reacción. Para asegurarse de que los conejos estén quietos durante el estudio, se le inmoviliza.
Sin embargo, el dolor que sienten es tanto que muchos llegan a romperse la columna vertebral al intentar huir. La mayoría acaban el estudio con ceguera permanente o muertos debido a una infección. Estos animales se crían con la única finalidad de ser vendidos y usados como material biológico.
Viven una vida de perpetuo sufrimiento y explotación que acaba de forma prematura y abrupta en cuanto finaliza el estudio, pues en este momento dejan de ser útiles para la industria cosmética.
Testar en animales no es necesario ya que muchas veces los resultados obtenidos no son directamente trasladables a humanos. Sencillamente se sigue haciendo porque los animales son más baratos que el equipamiento necesario para testar in vitro.
Afortunadamente, parece que la población y las instituciones están cada vez más concienciadas y por ello la legislación europea actual prohíbe ensayos con animales en ninguna de las fases del desarrollo de productos cosméticos comercializados en Europa.
Además, nos encontramos ante el auge de la cosmética cruelty-free, es decir, cosmética libre de crueldad: aquella que no permite testar ni las materias primas ni los productos finales de los cosméticos en animales.
Intuitivamente, si pensamos en la directiva que existe en la Unión Europea, podemos pensar que todos los cosméticos que se venden en Europa deberían ser automáticamente cruelty-free pero no es así ya que muchas marcas cosméticas realizan experimentos en animales en países donde la legislación es mucho más permisiva.
Un ejemplo de ello es China, donde testar cosméticos en animales no sólo es legal sino obligatorio. Por lo que es importante saber que todas las marcas que venden en China testan con animales, aunque muchas traten de ocultarlo.
Vegan no es lo mismo que cruelty-free
También hay que tener en cuenta que cuando un producto se etiqueta como cruelty-free, no quiere decir que sea vegano. Existen productos no testados en animales pero que sí que contienen ingredientes procedentes de animales.
Tristemente, también nos encontramos con lo opuesto. Dado que el concepto vegano aún no se encuentra legalmente muy regulado, podemos encontrar productos que no contengan compuestos de origen animal pero esto no nos asegura que sean cruelty-free, es decir, que no haya sido testado en animales.
Responsabilidad en manos del consumidor
Ante todas esta confusión lo único que queda claro es que la responsabilidad de informarse sobre qué productos son libres de explotación animal cae en manos del consumidor.
Como personas veganas que tenemos el objetivo de minimizar al máximo nuestra contribución al sufrimiento y muerte de otros animales, debemos tratar de comprar siempre aquellos productos que no contengan componentes animales (veganos) y que no hayan sido testados en animales (cruelty-free).
Buscar estas opciones más éticas puede ser complicado. En algunos casos puede venir escrito en el producto y en otros tienen un logo específico que lo indica. Sin embargo, poner estos logos tiene un coste extra para la empresa, es por esto que muchas marcas pueden ser veganas y cruelty-free pero no indicarlo en su packaging.
Ante esto, lo mejor que podemos hacer es investigar por nuestra cuenta. Suena complicado pero a continuación os daremos unos consejos que os harán la vida mucho más fácil:
- No te quedes con la información que te dan las marcas. Muchas ponen en su página web que no experimentan en animales, sin embargo, si venden sus productos en China, podemos estar seguros de que sí que testan en animales, ya que, como hemos mencionado antes, en este país sigue siendo obligatorio.
- Para saber si un producto ha sido testado en animales, tenemos aplicaciones de smartphone que te sacarán de dudas. En este caso, te recomendamos Bunny Free. Sólo vas a necesitar introducir el nombre de la marca cosmética y la App te dirá si experimenta o no en animales de forma fiable.
- Para asegurarnos de que un producto no contiene componentes de origen animal, podemos buscar los ingredientes en google, sin embargo, esto puede resultar bastante lento. Una buena alternativa es utilizar la aplicación Clean Beauty.
Basta con tomarle una foto al producto para que la App identifique sus compuestos y origen, ¡entre más de 800!
De todos modos, os añadimos una lista de los componentes animales más frecuentemente usados en cosmética:
- Cera (Cera alba), miel (Honey) o própolis: derivados a la explotación de abejas usados por sus propiedades y para dar consistencia.
- Leche (Milk): generalmente de vaca pero también se usan de burra o cabra.
- Lactoperoxidasa (Lactoperoxidase): derivado de la leche de vaca
- Seda (Silk): extraída de los capullos de los gusanos de seda. Para extraer la seda se hierve vivos a los gusanos de seda.
- Ácido hialurónico (Hyaluronic Acid): el de origen animal se extrae de los tejidos de varias especies de animales, sin embargo existe un equivalente sintético, así que debemos fijarnos en si lo especifica.
- Carmín (Carmine) o Extracto de Cochinilla (Cochineal Extract / Coccus cacti / colorante E-120): pigmento que se obtiene al machacar el insecto cochinilla. Proporciona el color rojo intenso presente en muchas barras de labios.
- Colágeno (Collagen): procedente de huesos y cartílagos de diversos animales.
- Queratina (Keratin): proteína procedente del pelo, pezuñas o cuernos de animales.
- Lanolina (Lanolin) y Colesterol (Cholesterol): sustancias aceitosa segregada por las glándulas sebáceas de animales ovinos. Muy habitual en productos de tratamiento de la piel
- Estearato de Glicerilo (Glyceryl Stearate / PEG-100 Stearate): derivados de sebo o grasa vacuna
- Sebato de Sodio (Sodium tallowate): derivado de sebo o grasa vacuna
- Aceite de visón (Mink Oil)
- Aceite del hígado del bacalao (Cod Liver Oil)
- Escualeno (Squalane): aceite del hígado del tiburón
- Condroitin Sulfato (Chondroitin Sulfate): proviene de cartílagos de peces de la família de los tiburones o de mamíferos.
Y para terminar, os adjuntamos una lista de marcas tanto veganas como cruelty-free. Confiamos en que este artículo os ayude a consumir cosméticos de un modo más ético y responsable. ¡Muchas gracias por tomaros el tiempo de informaros y reducir el sufrimiento que nuestra especie causa a otros animales!
Marcas 100% Veganas y Cruelty-free
*Hype Nail
786 Cosmetics
Abba
Acure Organics
Adorn Cosmetics
Aesop
African Botanics
Aila
All Heart
Arctic Fox Hair Color
Aromi
Athar’a Pure
Atomic MakeUp
Attitude
Au Naturale
Axiology
Base Beauté
Beauty Without Cruelty
Bestowed Essentials
Biossance
Black Moon Cosmetics
Bloom Town
Brianna’s Handmade Soap
Buddy Scrub
Bulldog Skincare
Cake
Caked MakeUp
Clean
Clove+Hallow
Cocofloss
Color Club
Concrete Minerals
Crazy Rumors
Crystal Deodorant
Cult51
Curlsmith
Da Bomb
Deco Miami
Defineme Fragances
Delectable
Derma E
Demes
Dermorganic
Dimension Nails
Earth Glamour
Éclair Naturals
Eco Tools
Edible Beauty
Ella+Mila
Ellovi
Emani
Everyday Minerals
Evolvh
Fairy Girl
Farsali
French Girl Organics
Furless
Georgie Beauty
Glamour Dolls
Gloss Moderne
Gourmet Body Treats
Hedo Cosmetics
Hempz
Herban Cowboy
Herbblissful
Herbivore Botanicals
Heroine.NYC
Honeypie Minerals
Hugo Naturals
Human+Kind
Hurraw! Lip Balms
Hush+Dotti
Inika
Isle Of Paradise
Jacq’s Organics
Johnny Concert
Joshik
Juliette Has A Gun
Kaeng Raeng
Kavella
KL Polish
La Couleur Couture
Lani
Larocca Skincare
Lauren B Beauty
Lillian Eve
Lime Crime
Lit Cosmetics
Live Love Polish
Londontown
Look Nail Color
Loving Tan
Lunatick Cosmetics Labs
Luxie Beauty
LVX
LXMI
Mad Hippie
Madam Glam
Manic Panic
Maria Nila
Meow Meow Tweet
Milk Makeup
Mineralissima
Misa
Modern Minerals
Mogi Mousse
Momma
Motd Cosmetics
Mulondon
Mün
Nature’s Gate
Naturtint
NCLA
Niu Body
Nolaskinsentials
Nomaterra
Nonie Of Beverly Hills
Note Cosmetics
Noughty
Nude & Noir Cosmetics
Ofra
Oh Tiff!
Organation
Osea
Oznaturals
Pacifica
Pai Skincare
Palate Polish
Pelle Beauty
Piggy Paint
Pinrose
Pirouette Professionals
Poéthique
Pretty Woman
Priti NYC
Prtty Peaushun
Rawguru
Red Apple Lipstick
Reverie
Root Beauty
Sarah Jean
Seriously Fab
Skyn Iceland
Soapwalla
Sophi
Soulflower
Soulstice Spa
Sparitual
Spela Cosmetics
Splat Hair Color
St. Tropica
Static Nails
Sudsatorium
Sugar Venom
Sukin
Suntegrity
Surya Brasil
Sweat Cosmetics
Teadora
Teaology
Tenoverten
The Wonder Seed
Thesis
Tints Of Nature
Tön Cosmetics
Toppers Nails
Tree Hut
Trufora
Trust Fund Beauty
Veggimins
Veque
Wreen
White Rabbit Skincare
Yardley London
Yarok
Youth To The People
Zuzu Luxe
Algunas de las fotografías son de Aitor Garmendia/Tras los muros, os recomendamos ojear sus imágenes para saber lo que pasa dentro de los mataderos.