¿Qué es una persona vegana?
Cada vez más frecuentemente aparecen estos términos en nuestro entorno pero, sin embargo, no sabemos exactamente a qué se refieren o qué engloban. Lo asociamos a una forma de alimentación, lo relacionamos con los animales, pero no tenemos muy claro qué es exactamente ser vegano.
Gracias a internet, definirlo resulta muy sencillo. Basta con googlear «vegano» para obtener más de 34,5 millones de entradas y si introducimos el equivalente inglés «vegan», la cifra sube hasta los 918 millones de resultados (noviembre, 2020).
Estas búsquedas han aumentado exponencialmente en los últimos años, del mismo modo que el uso de la etiqueta #vegan en instagram, que ha incrementado un 29% desde el pasado 2016. La evidencia hace innegable reconocer que el término está en auge.
Pero con tanta gente hablando del veganismo resulta difícil no confundirnos en este mar de información. Por este motivo, vamos a tratar de encontrar la definición más sencilla y menos sesgada posible de veganismo y vegano.
Resumido en una sola frase, el veganismo es poner en práctica la ética, que se basa en el respeto hacia todos los seres sintientes, rechazando activamente y en la medida de lo posible todas la formas de explotación animal. Esto es oponerse al especismo, la discriminación de una especie diferente a la nuestra.
La explotación animal es frecuente y a menudo subestimada en nuestro entorno. Así pues, hacerse vegano implica realizar cambios en distintas esferas de la vida cotidiana.
La más conocida por todos es la alimentación, una persona vegana se opone a comer tanto productos propiamente animales (carne, pescado, marisco) como derivados (lácteos, huevos, miel).
Sin embargo, el veganismo se extiende a otros productos de uso habitual como son: la indumentaria (el vegano rehúsa vestirse con cuero, ante, lana, piel o seda), productos de cosmética, maquillaje e higiene personal o limpieza testados en animales o que contengan derivados animales.
Análogamente, también se rechaza toda forma de entretenimiento que conlleve sufrimiento animal como son circos, rodeos, corridas de toros, carreras de perros o caballos, zoos, parques acuáticos y tiendas de mascotas.
¡Esto implica un importante cambio en la vida del que decide ser vegano! A todos nos gustan los animales e incluso puede que convivamos con alguno, pero ¿qué motiva a estas personas a iniciar y mantener esta postura tan distante a las que estamos habituados?
Especismo y sintiencia
El veganismo nace del reconocimiento de los animales no humanos como seres sintientes. Igual que los humanos, los animales no humanos poseen órganos sensoriales y sistema nervioso central que les permiten recibir e integrar estímulos internos y externos a partir de los cuales son capaces de crear representaciones mentales actualizadas del estado de su propio cuerpo y entorno. Es decir, son capaces de sentir dolor, pena, alegría, hambre, aburrimiento…
Si estas representaciones difieren del estado homeostático o ideal del individuo, aparecen intereses y motivaciones por iniciar conductas que le ayuden a volver al estado ideal. Por ejemplo, cuando se alejan del estado ideal de saciedad aparece el hambre, una sensación incómoda que les impulsa a buscar alimento para volver a estar saciados.
En el caso que la conducta consiga que los intereses del individuo se satisfagan, esté experimentará placer. Contrariamente, si sus intereses son frustrados, el individuo experimentará sufrimiento. Esta capacidad compartida por animales humanos y no humanos, denominada sintiencia, asegura la supervivencia del individuo.
Así pues, debemos reconocer que los animales no humanos también están evolutivamente capacitados para experimentar y reaccionar a emociones, como la alegría y el deseo, pero también como el miedo, el sufrimiento y el dolor. Negar la sintiencia de estos animales es negar la utilidad biológica que conlleva la capacidad de sentir.
El veganismo nos interpela y nos pregunta ¿qué justificación moral existe para apoyar prácticas que causen sufrimiento y dolor a un animal? Nuestra respuesta podría ser: los intereses de los animales humanos son más importantes que los de los animales no humanos. Pero, en el momento en el que sabemos que no es necesario consumir productos de origen animal para tener una vida sana y plena, priorizar un interés humano menor (como puede ser que nos guste el sabor de la carne) a un interés animal mayor (como es la voluntad de vivir) supone rechazar la ética y cometer un acto de especismo.
El especismo es la discriminación de seres por razón de especie y está ligado al antropocentrismo, el criterio moral que prioriza cualquier interés humano sobre cualquier interés de individuos de otras especies. Es especismo es el análogo de cualquier tipo de opresión o discriminación como por el ejemplo el machismo, el racismo o el capacitismo. Si rechazamos de forma contundente cualquiera de estas opresiones, ¿por qué dejamos fuera de nuestra consideración moral a los animales no humanos?
Para justificar que un humano es más importante que un animal, el antropocentrismo se apoya en habilidades humanas como la capacidad de pensar racionalmente, de razonar o de comunicarse de forma compleja mediante el uso del lenguaje. Esto resulta bastante arbitrario ya que dentro del grupo de los humanos, el grado de estas capacidades es variable y nunca se nos ocurriría discriminar a un ser humano por tener capacidades reducidas.
Entonces, ¿es un criterio válido para justificar la discriminación de animales no humanos quienes incluso pueden tener mayores capacidades que algunos humanos como bebés, ancianos con deterioro cognitivo o humanos con discapacidades severas? Por supuesto que no.
En conclusión, el veganismo es poner en práctica la ética: respetar a los demás seres sintientes. La ética es sensocentrista: los seres que considera personas son los seres sintientes. Por tanto, la ética puesta en práctica es el veganismo. No debería considerarse una opción, sino un deber.
Volviendo a nuestra pregunta inicial: Sabiendo que no necesitamos productos animales para lograr y mantener una vida sana y plena ¿qué justificación moral existe para apoyar prácticas que causen sufrimiento y dolor a un animal? Ninguna. Actualmente, la única razón por la que se realizan estas prácticas es porque el consumidor las apoya por costumbre, comodidad, cultura o conveniencia.
Ante esta realidad, el veganismo surge como respuesta moral que se opone a cualquier superioridad humana como especie (especismo o antropocentrismo) y defiende que los seres no humanos que pueblan este planeta no son algo sino alguien. Y lo que los convierte en alguien es la sintiencia, es decir, la capacidad de sentir.
Algunas de las fotografías son de Aitor Garmendia/Tras los muros, os recomendamos ojear sus imágenes para saber lo que pasa dentro de los mataderos.